El cerebro humano cuenta con un mapa nuevo de alta resolución que describe al detalle un centenar de regiones hasta ahora desconocidas de la corteza, la parte más externa que cubre los dos hemisferios cerebrales y que nos distingue del resto de primates. Los autores del trabajo, que se presenta hoy en la revista Nature, han delineado un total de 360 áreas corticales (180 por hemisferio), de las cuales 97 son regiones que no habían sido identificadas anteriormente. Además, han definido una herramienta matemática para obtener el atlas, de manera no invasiva, según las peculiaridades del cerebro de cada persona.

La neurocirugía es uno de los ámbitos que podrían beneficiarse de forma “más inmediata e importante” de este hallazgo, destaca en entrevista telefónica Matthew F. Glasser, neurocientífico de la Universidad de Washington en San Luis (Misuri, Estados Unidos) y primer autor del trabajo.

Hasta ahora los neurocirujanos sólo contaban con el mapa de las 52 regiones corticales definidas por Brodmann a principio del siglo pasado. Juan Antonio Barcia, jefe del servicio de neurocirugía del Hospital Universitario Clínico San Carlos en Madrid, compara el avance a pasar de orientarse con un mapa del navegante renacentista Américo Vespucio a hacerlo con un moderno GPS. “No cambia el concepto, sino que lo mejora”, señala Barcia.

A largo plazo los nuevos datos también pueden contribuir a la mejor comprensión de las enfermedades psiquiátricas, en las que hay alguna alteración en la función de las regiones cerebrales. “Desde luego, no ahora”, señala con prudencia Glasser.

El estudio describe desde la región “más grande” de 300 milímetros cuadrados (mm2), implicada en las primeras etapas del proceso visual, hasta la más pequeña de 150 mm2. Sin embargo, aún se desconoce la función de la mayoría de ellas.

Los nuevos datos también pueden contribuir a la mejor comprensión de las enfermedades psiquiátricas, en las que hay alguna alteración en la función de las regiones cerebrales.

Los neurocientíficos Thomas Yeo y Simon Eickhoff, que no han participado en la investigación, la describen en otro artículo publicado en Nature como “un avance anhelado” que actualiza el mapa de la corteza cerebral y promete convertirse en un “trampolín hacia una mayor comprensión de la función cerebral y las enfermedades”.

El nuevo mapa del cerebro es para la neurociencia lo que fue la secuenciación del genoma humano para la genética, según Antonio Dávalos, director del área de neurociencias del Hospital Germans Trias i Pujol en Badalona.

En la misma línea, Xurxo Mariño, investigador del grupo de neurociencia y control motor de la Universidad de A Coruña, advierte que una cosa es tener el catálogo de las áreas cerebrales y otra poder hacer cosas provechosas con la clasificación. “Poco a poco se extraerán conocimientos muy útiles”, agrega.

Los autores del artículo comparan la situación de la neurociencia con la de la astronomía, disciplina que con los telescopios terrestres obtenía imágenes relativamente borrosas del universo antes de
la llegada de los telescopios espaciales.

Una cosa es tener el catálogo de las áreas cerebrales y otra poder hacer cosas provechosas con la clasificación, advierte Xurxo Mariño, de la Universidad de A Coruña

Los científicos han analizado el cerebro de 210 personas jóvenes, vivas, despiertas y sanas, que provienen del Proyecto del Conectoma Humano, financiado por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos. Los métodos, basados en resonancia magnética y resonancia magnética funcional, han permitido observar el cerebro en tiempo real y de forma no invasiva.

Los investigadores han parcelado cada hemisferio del cerebro en 180 áreas corticales específicas.A pesar de la variabilidad individual, y de los cambios que experimenta el cerebro con el desarrollo, el envejecimiento y las enfermedades, han conseguido validar esta información en otras 210 personas mediante técnicas de aprendizaje automático, una rama de la inteligencia artificial, para reconocer la huella de cada área cortical.

De momento, los autores del trabajo han reconocido la huella de cada zona cortical del cerebro en el 97% de los casos. “Inesperadamente”, comentan en el artículo, han descubierto que algunas personas tienen una “organización atípica”.

Los neurocientíficos ya tenían al cerebro humano analizado y parcelado, pero ahora se ha conseguido una imagen de alta resolución con información sobre la arquitectura, la conectividad, la funcionalidad y la topografía. “Es mucho más que eso, hemos descrito los patrones neuronales dentro de cada una de las áreas corticales para delimitar las fronteras”, responde Matthew F. Glasser.

Los mapas anteriores se centraban solamente en una de estas cuatro mediciones; en cambio, la tecnología actual ha permitido superponer las cuatro modalidades y conseguir “un mapa integral de ultraprecisión”, tal y como lo define Ignacio Morgado, catedrático de psicobiología del Institut de Neurociències de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB).

Los datos en vivo presentan un interés “muy importante”, incide Barcia, a la hora de determinar la localización exacta de las funciones mentales. La corteza cerebral contiene la esencia de nuestra especie: el lenguaje, el pensamiento abstracto y un sinfín de funciones mentales complejas que nos hacen únicos.

Además los científicos pondrán a disposición de la comunidad internacional este nuevo modelo matemático automatizado que “abre nuevas vías interesantísimas”, opina Dávalos.

El nuevo método puede contribuir a explicar las diferencias en la organización cerebral entre individuos, así como las disparidades en la funcionalidad, comportamiento y trastornos de las personas. Todo ello supone un paso más en la descripción del funcionamiento del cerebro humano que al final explica cómo somos.

Una de las intervenciones más habituales en neurocirugía es la extirpación de tumores que afectan a la corteza cerebral. El reto es no dañar ningún área importante y evitar las secuelas neuronales. Por eso, durante la intervención, el neurocirujano suele hacer tests al paciente para asegurarse de que no altera ninguna de sus capacidades cognitivas mediante herramientas como la electroestimulación.

“Un mapa más preciso y detallado nos ayudaría a saber por dónde movernos”, valora sobre la posible aplicación clínica de esta investigación Joan Molet, director del servicio de neurocirugía del Hospital de Sant Pau en Barcelona.

El experto también apunta a la aplicabilidad de este atlas al entorno clínico con el pronóstico de pacientes que hayan sufrido traumatismos craneoencefálicos. Por su parte, Dávalos confía en el potencial del avance para observar la plasticidad y reorganización neuronal de la corteza cerebral después de un ictus, por ejemplo.

“Un mapa más preciso y detallado nos ayudaría a saber por dónde movernos”

JOAN MOLET Director del servicio de neurocirugía del Hospital de Sant Pau en Barcelona.

Segons Dávalos a partir d’avui es poden establir correlacions entre les alteracions d’un malalt i les disfuncions en determinades àrees. Molet també creu que les dades actuals, obtinguts en voluntaris joves i sans, permetran una comparació amb persones amb patologies per entendre millor com la malaltia altera la funcionalitat del sistema nerviós.

Els autors del treball apunten que els resultats poden contribuir a ampliar el coneixement sobre l’evolució cognitiva dels humans, en comparació amb els primats no humans com els ximpanzés i els bonobos. “Com és possible que els humans moderns siguem tan diferents a la resta d’animals?”, Es pregunta Mariño, que defensa que la possibilitat de dibuixar mapes molt precisos del cervell amb tècniques no invasives obre la via a una resposta.

Según Dávalos a partir de hoy se podrán establecer correlaciones entre las alteraciones de un enfermo y las disfunciones en determinadas áreas. Molet también cree que los datos actuales, obtenidos en voluntarios jóvenes y sanos, permitirán una comparación con personas con patologías para entender mejor cómo la enfermedad altera la funcionalidad del sistema nervioso.

Los autores del trabajo apuntan que los resultados pueden contribuir a ampliar el conocimiento sobre la evolución cognitiva de los humanos, en comparación con los primates no humanos como los chimpancés y los bonobos. “¿Cómo es posible que los humanos modernos seamos tan distintos al resto de animales?”, se pregunta Mariño, que defiende que la posibilidad de dibujar mapas muy precisos del cerebro con técnicas no invasivas abre la vía a una respuest

INFORMACIÓ ORIGINAL EXTRETA DE:
http://www.lavanguardia.com/vida/20160721/403362248714/cartografiadas-97-regiones-desconocidas-del-sistema-nervioso.html

TRADUÏT AUTOMÁTICAMENT PER:
GOOGLE CHROME

 

INFORMACIÓN ORIGINAL EXTRAIDA DE:
http://www.lavanguardia.com/vida/20160721/403362248714/cartografiadas-97-regiones-desconocidas-del-sistema-nervioso.html

Deixa un comentari

L'adreça electrònica no es publicarà. Els camps necessaris estan marcats amb *

Skip to content